¿Qué piensan los peques sobre la plata?
El síndrome del niño hiperregalado
¿El qué? ¡Todos los días aprendemos algo nuevo!
Muchas veces las personas adultas no tienen el tiempo disponible que les gustaría para pasar con sus hijos e hijas, y obviamente aparece una sensación de culpa. ¿Cómo llenar ese vacío? Bueno, ¡por favor que no sea con una montaña de cosas materiales!
Regalar mucho puede llevar, justamente, al síndrome del niño hiperregalado, lo que implica pequeñas personitas sin interés ni ilusión. Esto pasa porque el exceso de juguetes puede generar:
Bajo nivel de tolerancia a la frustración porque siempre reciben lo que quieren.
Sobreestimulación: tienen tantos juguetes que no pueden prestarle atención a cada uno de ellos.
Fantasías limitadas: jugar sin juguetes ayuda a desarrollar más la imaginación.
Pérdida de ilusión: valoran poco cada cosa nueva que reciben porque falta el factor sorpresa.
Apatía y egoísmo: les cuesta comprender el esfuerzo y el amor detrás de ese regalo.
Apa la papa. No parecía algo tan serio, ¿no? Así que en la medida de lo posible empezá a limitar la cantidad de regalos, y -si te parece- hablá con toda la familia para poner los límites que sean necesarios. Pensá que quizás el tiempo de calidad compartido con quienes queremos es lo más importante y memorable.
Imaginate para el día de las infancias organizar un picnic, una pijamada, o preparar una receta en familia; te aseguramos que son eventos que quedan en la mente mucho más que un juguete.
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El que no hayas recibido montones de regalos en tu niñez, no quiere decir que tus hijos, sobrinos o nietos tengan que hacerlo para ser más felices.
Regla de los 4 regalos en el día de las infancias
Obvio que no pretendemos que los regalos desaparezcan, por lo que tal vez podés seguir esta regla para limitar la compra infinita:
Un buen tip de ahorro es anticiparse con la compra del regalo. Si además conseguís cuotas sin interés, ¡metele no más!
El mejor regalo
Como no podía ser de otra manera, aprovechamos este día para obsequiarles algo que no se puede envolver ni lleva moño: ¡enseñanzas invaluables para toda la vida! No hace falta ser un plomo para hablar de finanzas. Arrancá predicando con el ejemplo: en la infancia solemos aprender de las actitudes y gestos de las personas adultas, y eso incluye también al manejo de la plata. Así que si tenés buenos hábitos financieros, tendrás una gran ventaja a tu favor. Si ven que ahorrás, lo intentarán, ya sabés que son como esponjitas que absorben todo.
Si el regalo no favorece el sedentarismo ni crea dependencia con las pantallas, ¡mucho mejor!
Recibir educación financiera desde peques ayudará a que tengan más herramientas en la vida adulta. Es clave que sepan ahorrar y entiendan que las cosas y servicios de los que disfrutan, cuestan. Si esto lo hacés de forma divertida, ingeniosa, recurrente y a una temprana edad, con seguridad dejarás una semillita que dará frutos a futuro.
Te desafiamos de lo lindo, pero no te soltamos la mano. Te llevás alguna que otra idea y un recordatorio bastante oportuno: no vale la pena endeudarse hasta el moño para comprar cosas que posiblemente anden tiradas para cuando las hayas terminado de pagar.
Este 21 de agosto, demostrales lo valioso del tiempo compartido, la escucha, y la paciencia. ¿Te animás?