¿Realmente sirve pagar todo en efectivo?
Hay quienes todavía creen que pagar todo en efectivo es la mejor forma de controlar los gastos. Es cierto que ver los billetes salir de la billetera puede generar más conciencia sobre lo que se gasta, pero esta estrategia tiene más desventajas que beneficios.
La posta es que es casi imposible llevar un control real de cuánto gastás en efectivo. A menos que anotes cada compra en un cuadernito (cosa que pocos hacen). Aunque uses la libreta de Manolito, lo más probable es que pierdas la noción de a dónde se fue tu plata.
Además, el efectivo no es seguro; si lo perdés o te lo roban, ¡chau! No hay forma de recuperarlo.
Otro problema es que tener la plata quieta en la billetera -o debajo del colchón- significa que se está devaluando con el tiempo. Si en vez de guardarla la ponés en una cuenta remunerada o la invertís comprando dólar MEP o en los Frascos, al menos tenés la posibilidad de que genere ganancias.
Y ni hablar del acceso al crédito. Si solo usás efectivo, no construís historial crediticio. Cuando quieras pedir un préstamo o sacar una tarjeta, el banco no va a tener referencias tuyas y probablemente te rechacen o te ofrezcan condiciones poco favorables.
Otro punto flojísimo es que te vas a perder de las promos por pagar con QR, tarjeta de crédito, o tarjeta de débito.
Si todavía creés que el efectivo es la mejor opción, pensalo dos veces. Usar tarjetas o billeteras digitales te da más control, seguridad y acceso a beneficios como descuentos y cuotas sin interés.
No mirar la tasa de interés de los préstamos (y después lamentarse)
Firmar sin leer la letra chica es un clásico, y puede que leas pero que aun así pases por alto los detalles. Nunca pidas un préstamo sin revisar la tasa de interés porque puede salirte mucho más caro de lo que imaginás.
¿Qué leer de la letra chica?
Antes de aceptar un crédito, fijate si la tasa es fija o variable. La fija no cambia con el tiempo, mientras que la variable puede subir, lo que hace que el costo del préstamo sea más impredecible.
Otro punto clave es el Costo Financiero Total (CFT), porque además de la tasa de interés, incluye comisiones y otros gastos que pueden hacer que termines pagando mucho más de lo que pensabas.
💡 Por suerte, en la app de Naranja X, cuando simulás un préstamo, ves toda esta info antes de confirmar. Así tomás decisiones con los ojos bien abiertos y evitás sorpresas.
Postergar la inversión “para cuando tengas más plata”
Acá tenemos otro lindo caso, donde algunas personas creen que invertir es solo para gente millonaria, y postergan el ahorro pensando "Cuando tenga más plata, empiezo". El problema es que el tiempo juega en contra, y cuanto más esperás, más difícil se vuelve hacer crecer tu dinero.
No hace falta invertir fortunas para arrancar. Ya te contamos que con una cuenta remunerada o los Frascos podrías arrancar de forma segura, con una tasa pactada de antemano y sabiendo cuánto vas a ganar desde el principio. Lo importante es generar el hábito.
Ahorrar está bien, pero dejar la plata quieta es un error. Aunque sea de a poco, empezar a invertir te da la posibilidad de que tu dinero trabaje para vos.
Comprar sin comparar precios (y después arrepentirse)
Un error muy común es ver algo, quererlo y comprarlo sin chequear si hay una mejor opción. Esto pasa especialmente con compras grandes como electrodomésticos, tecnología o pasajes de avión.
A veces, por apuro o por comodidad, compramos sin investigar y terminamos pagando de más. Hoy existen muchas herramientas online que te permiten comparar precios en segundos. Muchas veces, un producto similar tiene un precio más bajo o una mejor financiación en otro lado.
Si te tomás un minuto para buscar alternativas, podés ahorrar bastante y aprovechar mejor tu presupuesto.
Pensar que las tarjetas son el cuco (cuando en realidad pueden jugar a tu favor)
Usadas bien, son maravillosas realmente. Te permiten acceder a promociones y cuotas sin interés.
Al comprar con financiación sin interés, podés invertir esa plata hasta el momento de pagar el resumen de tarjeta de crédito, así generás ganancias.
⚠️Tener en cuenta el costo de mantenimiento. En el caso de Naranja X, cuando hiciste consumos se emite el resumen y genera un gasto. Si vas a hacer una compra chiquita en 6 cuotas, tené en cuenta que vas a tener que pagar la emisión de 6 resúmenes.
Caso práctico:
Me compré unas zapatillas de $180.000 en 6 cuotas. Perfecto, pago en cada resumen $30.000. ¡Atenti! Vas a tener que considerar que en cada resumen tenés un costo de unos $5700 por su emisión + Impuesto de sellos. Las zapatillas te terminan saliendo $216.900.

¿Es caro? Eso depende.
Por ahí es una buena estrategia para no desembolsar los $180.000 de una. ¡Vas a patear ese pago por seis meses!
Recomendaciones:
👉 Usá la tarjeta para otras compras con cuotas sin interés y/o descuentos, así amortizás el costo de emisión de resumen.
👉 Siempre prestá atención a los costos asociados, así no te llevás sorpresas.
Pagar solo el mínimo de la tarjeta (y acumular intereses como loco)
Pagar el mínimo de la tarjeta es una opción cuando estás en apuros, pero hacerlo habitualmente es un camino directo al sobreendeudamiento.
El problema es que el saldo que no pagás se financia con intereses, y esos intereses no son precisamente bajos. En poco tiempo, la deuda puede crecer como una bola de nieve y volverse difícil de manejar.
Si podés, pagá siempre el total del resumen. Y si no llegás, tratá de pagar lo máximo posible para reducir los intereses y evitar que la deuda se vuelva inmanejable.
Ignorar la jubilación porque “falta mucho”
Postergar el ahorro para la jubilación es un error que muchas personas cometen. La jubilación parece algo lejano, pero cuando llega el momento, los que no ahorraron con tiempo suelen encontrarse con problemas financieros.
Cuanto antes empieces, mejor..
Gastar más de lo que ganás
Gastar más de lo que ganás puede parecer inofensivo en el corto plazo, pero a la larga, se convierte en un problema. Comprar cosas innecesarias, asumir gastos que no podés afrontar y endeudarte sin control pueden generar un gran desbalance en tus finanzas personales.
Si cada mes llegás justo o endeudado, es momento de hacer ajustes. Analizá tus gastos, eliminá lo innecesario y buscá formas de vivir dentro de tus posibilidades. No se trata de privarte de todo, sino de encontrar un equilibrio para que tu plata rinda sin generarte estrés.
Tranqui, todo tiene solución
Pequeños cambios en la forma en la que manejás tu plata pueden marcar una gran diferencia. Lo que te recomendamos es que empieces a tomar decisiones más inteligentes, que te ayuden a aprovechar mejor tu dinero.
Si te identificaste con alguno de estos errores, ¡no te preocupes! Siempre hay margen para mejorar y herramientas que pueden ayudarte a hacerlo más fácil. Y ahora contanos, ¿cuál de estos hábitos tenías sin darte cuenta? 👀