Cuando financiar no es un problema (sino una estrategia)
Si siguiéramos la regla de “si no podés pagar al contado, no lo compres”, mucha gente jamás accedería a su propia vivienda. Comprar una casa suele requerir un préstamo hipotecario, que si se elige bien (es decir, con una tasa baja y plazos manejables), es una inversión a largo plazo.
Lo mismo pasa con los autos. Aunque pagar en efectivo puede sonar ideal, no siempre es lo más conveniente. Si una persona necesita un vehículo para trabajar y consigue un crédito con una cuota accesible, distribuir el costo en el tiempo puede ayudar a mantener un buen flujo de plata sin descapitalizarse.
La educación también entra en esta categoría. En muchos países, los préstamos estudiantiles son la única forma en que miles de personas pueden acceder a la universidad. Pero, pero, pero, no hace falta irnos a productos o proyectos tan onerosos para valorar las cuotas o el crédito. También puede considerarse para compras más pequeñas, como electrodomésticos, indumentaria, materiales de construcción, muebles, etc.
La clave es que el endeudamiento sea estratégico y meditado.
¿Te ofrecen cuotas sin interés? Ahí sí puede valer la pena
A veces, las cuotas pueden jugar a favor. Si el comercio ofrece un plan de pagos sin interés, comprar en cuotas puede ser una movida inteligente.
¿Por qué? Porque te permite usar tu plata para otras cosas en lugar de gastarla toda de una. Eso sí: antes de aceptar, verificá que el precio total no aumente ni haya costos ocultos.
Otro caso en el que financiar puede ser positivo es cuando la tasa de interés es baja y el bien que adquirís mantiene o aumenta su valor con el tiempo. Una computadora para trabajar, un curso para mejorar tus ingresos o incluso un electrodoméstico esencial pueden ser inversiones bien pensadas.
¿Cuándo no deberías endeudarte?
✋ Cuando la tasa de interés es demasiado alta y/o variable
No todas las financiaciones son iguales.
Si la tasa de interés es alta, lo que terminás pagando puede ser muy superior al valor real del producto. Ahí sí conviene pensarlo dos veces.
Y ni hablar si incurrís en el error común del “pago mínimo” de la tarjeta. Pagar solo el mínimo genera intereses sobre el saldo restante, y eso puede convertirse en una bola de nieve difícil de frenar.
✋ Si la compra no es urgente, ¿para qué apurarse?
Antes de financiar, preguntate: ¿realmente necesito esto ahora? Si es un gasto evitable, puede valer la pena esperar y ahorrar para comprarlo sin endeudarte. Esto aplica especialmente a compras impulsivas, donde la emoción puede hacerte gastar más de lo que deberías.
✋ Cuando no tenés ingresos estables
Si no tenés seguridad de poder afrontar el pago de las cuotas mensuales, ¡ojo ahí!
Usá el crédito con ingenio
La posta es que el crédito no es ni bueno ni malo en sí mismo. Todo depende de cómo lo uses.
Un buen préstamo puede abrir puertas, ayudarte a crecer o permitirte acceder a bienes esenciales sin descapitalizarte. Pero cuando la financiación es cara o innecesaria, puede convertirse en un problema.
Entonces, ¿es un mito que no hay que comprar nada que no puedas pagar al contado? Sí, porque en muchos casos, financiar de manera responsable puede ser una estrategia inteligente. Tu misión es que puedas detectar cuándo conviene y cuándo no.
¿Vos qué opinás? ¿Sos de team “taca taca” del bando de las “cuotas estratégicas”? 💬