¿Qué es el fenómeno del “corte de cuentas"?
Cuando hablamos de "corte de cuentas", nos referimos a esa tendencia de darle más importancia a los gastos grandes y restarle atención a los chicos. Es como si nuestro cerebro hiciera una jerarquía financiera injusta: lo grande parece más relevante y lo pequeño, insignificante.
Sin embargo, esos pequeños gastos recurrentes, como el café diario o las suscripciones de streaming, se suman sin que lo notes. Entonces, ¿qué podemos hacer para cortar con esto?
Empecemos por entender por qué caemos en esto
Las opciones pueden ser varias, acá vamos a desarrollar las tres principales:
Sesgos mentales: Los gastos grandes son más visibles y se sienten más relevantes.
Rutina sin consciencia: Compramos el café todos los días sin calcular el impacto mensual.
Estrategias de marketing: Servicios baratos y recurrentes parecen inofensivos, pero están diseñados para acumular costos sin que lo percibas.
Los grandes gastos, ¿son buenos o malos?
Los gastos fijos, que podemos asumir que son los “grandes gastos”, como el alquiler o los servicios, tienen mala prensa porque son los que más duelen al pagarlos. Pero, ¿sabías que tienen una ventaja? Sí, y una muy potente: son previsibles.
Esto significa que podés organizarlos en tu presupuesto mensual sin sorpresas.
Las ventajas de tenerlos bajo control son:
Previsibilidad: Sabés cuánto y cuándo pagar.
Impacto medible: Podés ajustar otros gastos para equilibrar tus cuentas.
Base para planificar: Son el punto de partida para crear un presupuesto.
Sin embargo, el problema aparece cuando estos gastos consumen tanto de tu sueldo que no te dejan margen para generar ahorro o cubrir imprevistos. Ahí es cuando tenés que preguntarte: ¿estoy gastando más de lo que puedo manejar?
Esos “gastos hormiga” que pesan más de lo que creés
El café de la mañana, el delivery del viernes o esa app que te olvidaste de cancelar: todos son ejemplos de gastos hormiga que parecen insignificantes, pero que al sumarse a fin de mes te pueden dar un buen susto.
¿Cómo identificarlos?
El primer paso requiere de tu observación a conciencia y luego registrar todo. Para ello, podés usar apps como Naranja X para categorizar tus gastos y detectarlos.
Después hacé cuentas, multiplicando ese gasto pequeño por la cantidad de días en el mes. Spoiler: el resultado puede sorprenderte.
Cerrá con broche de oro dándoles un límite. Establecé un presupuesto para estos caprichos y respetalo.
El equilibrio perfecto: tips para combinar ambos mundos
Nadie dice que tenés que renunciar a tus placeres diarios, pero tampoco que ignores los gastos grandes. La clave está en encontrar un balance y aquí te demostramos cómo lograrlo en tres simples pasos:
Paso 1: Creá un presupuesto realista.
Incluí tanto los gastos grandes como los chicos.
Paso 2: Automatizá el ahorro.
Configurá tu cuenta de Naranja X para guardar un porcentaje fijo cada mes.
Paso 3: Evaluá tus prioridades.
¿Realmente necesitás otra suscripción a un servicio de streaming o ese café gourmet diario?
¿Cómo te ayuda Naranja X con este desafío?
Con Naranja X, podés categorizar tus gastos en tiempo real y recibir insights para entender mejor dónde se te va la plata. ¿Le estás sacando el jugo a la sección Balance en la app? Aprovechala porque te brinda un pantallazo de tus ingresos y egresos para ver qué tan equilibrados están.
En este caso ejemplo se hace bastante evidente que entró menos platita de la que salió. ¡Hay bastante para analizar qué pasó! Si son inversiones, está todo ok.
Es importante que sepas que el fenómeno del “corte de cuentas” no tiene por qué complicarte la vida.
Con un poco de ingenio y las herramientas adecuadas, podés tener el control de tus finanzas sin renunciar a los pequeños placeres que te hacen feliz. Porque en Naranja X creemos que manejar tu plata no tiene que ser aburrido, sino creativo y útil.
Y vos, ¿estás como para hacerle un corte definitivo al caos financiero? ¡Descargá Naranja X y empezá a controlar tu plata para que realmente disfrutes cada vez que te das un gustito!