¿Qué es la inflación? (Definición clara y al pie)
La inflación es ese fenómeno económico que, sin que te des cuenta, va vaciando el carrito del supermercado mientras los precios se disparan.
¿Cómo?
Básicamente, es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía.
En otras palabras, con el mismo billete que tenías en el bolsillo hace un año, hoy podés comprar menos cosas. Lo que antes te alcanzaba para un café con medialunas, hoy apenas cubre el café solo.
⚠️ Te afecta directamente, haciendo que tu capacidad de compra se reduzca con el tiempo.
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Tipos de inflación: de la calma al caos
No todas las inflaciones son iguales, algunas son más tranquilas y otras, bueno… más caóticas:
➡️ Inflación moderada: Los precios suben de a poco y la economía puede seguir funcionando sin grandes sobresaltos. Un ejemplo podría ser un aumento del 2-3% anual en los precios.
➡️ Inflación galopante: Acá ya las cosas se ponen serias. Los precios pueden dispararse un 20%, 50% o más en un solo año. Imaginá que cada vez que vas a comprar, todo cuesta más de lo que recordabas.
➡️ Hiperinflación: El caos absoluto. Los precios suben tanto y tan rápido que la plata prácticamente pierde su valor de un día para el otro. Históricamente, países como Zimbabue o Venezuela han sufrido este tipo de inflación.
Otros casos más puntuales:
➡️ Estanflación: Ocurre cuando la inflación sigue subiendo, pero la economía no crece; de hecho, decrece (se considera que hay estanflación si el PIB baja durante dos trimestres consecutivos). En este caso, no solo los precios suben, sino que también hay desempleo y recesión económica.
➡️ Desinflación: Este término describe una desaceleración en el ritmo de la inflación. Es decir, los precios siguen subiendo, pero a una velocidad más lenta que en periodos anteriores.
➡️ Deflación: Es lo opuesto a la inflación. La deflación ocurre cuando los precios de los bienes y servicios bajan durante al menos dos semestres consecutivos.
La inflación no solo es una cuestión de números, es una realidad que golpea a quienes vivimos en economías donde los precios no paran de subir.
Pero para entender por qué sucede, tenemos que ir un poquito más allá.
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¿Cómo se calcula y mide la inflación?
La inflación no es algo que simplemente sentimos cuando pagamos más por lo mismo; también se mide con números concretos.
💡 Y para eso, tenemos a nuestro mejor aliado: el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Este índice es como una lupa que analiza cuánto han subido los precios de una "canasta" de productos y servicios que usamos en el día a día: alimentos, ropa, transporte, alquileres, entre otros.
Cuando esa canasta cuesta más que antes, tenemos inflación.
🤔 ¿Cómo se calcula el IPC?
Se eligen ciertos productos y servicios representativos y se compara cuánto costaban en un periodo anterior con lo que cuestan ahora.
El resultado es el porcentaje de aumento de los precios, que es lo que conocemos como tasa de inflación.
Para obtener la tasa de inflación de un año específico, se utiliza la siguiente fórmula:
Tasa de inflación = [(IPC año a calcular – IPC año base) / IPC año base] x 100
Por ejemplo, si en 2023 el IPC fue de 150 y en el año base (2016) fue de 100, la tasa de inflación sería:
[(150 - 100) / 100] x 100 = 50%
🤔 ¿Para qué sirve el IPC?
El IPC no solo es una herramienta clave para saber cuánto suben los precios, sino que también afecta nuestras vidas de manera directa.
En Argentina, la institución encargada de medir la inflación es el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos).
Y ahora que ya sabemos cómo se mide, podemos meternos de lleno en entender por qué suben los precios.
¡Spoiler alert: no es solo por la demanda!
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¿Por qué se produce la inflación? (Causas principales)
La inflación no aparece de la nada.
Hay varios factores que pueden empujar los precios hacia arriba, y entenderlos es clave para saber por qué nuestro dinero parece rendir cada vez menos.
1️⃣ Causa 1: Inflación por demanda
Ocurre cuando de repente mucha gente quiere comprar más bienes y servicios de los que el mercado puede ofrecer.
Imaginemos que un nuevo celular sale a la venta y todos lo quieren.
Si la demanda es mayor que la cantidad disponible, las empresas aprovechan para subir el precio.
2️⃣ Causa 2: Inflación por costos
Esta vez, no es porque la gente quiera comprar más, sino porque a las empresas les cuesta más producir.
Si los costos de los insumos (como las materias primas o la energía) suben, los precios también lo hacen.
⚠️ Los productores no quieren perder plata, así que trasladan esos costos adicionales a los consumidores.
3️⃣ Causa 3: Emisión monetaria
Acá es donde la cosa se pone un poco más técnica.
Cuando el Estado necesita más plata de la que tiene, puede decidir imprimir más billetes (emitir moneda) para cubrir sus gastos.
⚠️ Esto parece una solución fácil a corto plazo, pero genera un problema: si hay más dinero circulando, pero la cantidad de productos y servicios sigue igual, el valor de la moneda baja.
Es como si hubiese más personas en la fila para comprar lo mismo, así que los precios suben.
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Otros factores que pueden influir en la inflación
Ya vimos las causas principales de la inflación, pero hay otros ingredientes en esta receta que también hacen que los precios suban.
Algunos son más sutiles, pero tienen un impacto importante.
Vamos a descubrir estos factores que, aunque no siempre estén en el centro de la escena, también influyen en la inflación.
➡️ Expectativas inflacionarias
Es casi como un círculo vicioso: cuando las personas creen que los precios van a seguir subiendo, empiezan a tomar decisiones basadas en esa expectativa, y eso, a su vez, provoca que los precios efectivamente suban.
Esa mayor demanda genera que los precios suban antes de lo previsto.
Ejemplo simple: Si creés que en unos meses todo va a costar más, es probable que negocies un aumento de sueldo o compres productos ahora para evitar pagar más en el futuro. Eso es lo que se llama expectativas inflacionarias.
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➡️ Factores externos
El mundo está más conectado que nunca, y lo que pasa en otros países también puede afectar los precios en Argentina.
Este fenómeno es conocido como "inflación importada".
Si los costos de productos clave como el petróleo, los alimentos o los insumos tecnológicos suben a nivel global, esos aumentos impactan directamente en los precios locales.
Además, crisis internacionales, como pandemias, guerras o problemas en la cadena de suministros, también pueden presionar los precios hacia arriba.
➡️ Política fiscal y monetaria
Las políticas fiscales (lo que el Estado gasta y recauda) y las políticas monetarias (cómo se maneja la cantidad de dinero en circulación) son claves.
Si un gobierno gasta mucho más de lo que recauda, puede recurrir a la emisión de dinero para cubrir ese déficit, lo que aumenta el riesgo de inflación.
Además, el Banco Central puede subir o bajar las tasas de interés para controlar la cantidad de dinero en circulación y, de esa manera, tratar de controlar la inflación.
💡 Para saber más sobre tasas de interés, te sugerimos: Tasa de interés: ¿Qué es y cómo se calcula?
¿Cuáles son las consecuencias de la inflación?
Aunque no siempre se note de un día para el otro, su impacto se siente en muchos aspectos de la vida cotidiana, y a veces, se vuelve difícil de ignorar.
⚠️ Pérdida del poder adquisitivo
La consecuencia más obvia de la inflación es que tu plata vale menos.
Si los precios suben, pero tu sueldo no lo hace al mismo ritmo, cada vez podés comprar menos cosas con la misma cantidad de dinero.
Esto se conoce como pérdida del poder adquisitivo.
Así, productos básicos como alimentos, ropa o medicamentos se vuelven más caros, lo que obliga a las personas a ajustar su presupuesto, cortar gastos o endeudarse para llegar a fin de mes.
💡 Ejemplo concreto: Si hoy pagás $200 por un kilo de pan y dentro de un año el mismo pan cuesta $250, aunque sigas ganando lo mismo, vas a poder comprar menos con tu sueldo. Y esto no pasa solo con alimentos; afecta todos los bienes y servicios que necesitás.
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⚠️ Impacto en los ahorros
Cuando los precios suben, el valor real de tus ahorros disminuye.
Si tenés dinero guardado, pero no invertido en algo que supere la inflación, ese dinero pierde valor con el tiempo.
Lo que hoy te parece suficiente para una compra grande o un viaje, en unos años tal vez no te alcance para lo mismo.
💡 Ejemplo básico: Si ahorrás $10.000 hoy, y la inflación en un año es del 50%, ese monto tendrá un poder de compra equivalente a $6.666 el año que viene, aunque sigas viendo $10.000 en tu cuenta. Tu plata “se achica” en términos de lo que podés comprar con ella.
⚠️ Ajustes en salarios y contratos
La inflación también influye en los acuerdos laborales y los contratos de alquiler.
Para protegerse del aumento de precios, muchas personas y empresas negocian ajustes salariales o cláusulas que actualizan los valores periódicamente en función de la inflación.
Sin embargo, estos ajustes suelen ir por detrás de la inflación, lo que significa que, aunque tu sueldo suba, puede que aún estés perdiendo poder adquisitivo.
⚠️ Cambio en los hábitos de consumo
Con la inflación en aumento, las personas suelen cambiar sus hábitos de consumo.
Buscan ofertas, recurren a marcas más baratas o dejan de comprar ciertos productos considerados no esenciales.
En casos de inflación alta, la incertidumbre económica lleva a que muchas personas prefieran gastar su dinero lo más rápido posible antes de que pierda más valor.
¿Se puede controlar la inflación?
La inflación parece un monstruo difícil de domar, pero no es invencible.
A lo largo de la historia, varios países han logrado controlar la inflación, aunque no siempre es tarea fácil ni rápida.
Hay varias estrategias para combatirla, y todas requieren medidas económicas precisas y, a veces, dolorosas.
➡️ Política monetaria restrictiva
Una de las primeras armas que se suele utilizar para controlar la inflación es restringir la cantidad de dinero en circulación.
Esto se logra a través del Banco Central, que puede subir las tasas de interés.
Cuando las tasas son más altas, pedir préstamos se vuelve más caro, lo que reduce el dinero disponible para gastar e invertir. Con menos demanda, los precios tienden a estabilizarse.
Sin embargo, este enfoque puede frenar el crecimiento económico y hacer que el crédito sea inaccesible para muchas personas y empresas.
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➡️ Control de precios
Otra medida que algunos gobiernos aplican es fijar precios máximos para ciertos productos y servicios, especialmente en tiempos de alta inflación.
Esto puede ayudar a evitar que los precios de bienes esenciales, como alimentos o combustibles, se disparen.
En paralelo, se pueden establecer acuerdos salariales para que los sueldos no suban desmedidamente y alimenten la inflación por demanda.
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➡️ Reducción del déficit fiscal
Otra forma de controlar la inflación es mantener las cuentas del Estado en equilibrio.
Si el gobierno gasta más de lo que recauda, puede recurrir a emitir dinero para financiar ese déficit, lo que genera inflación.
Para evitarlo, es necesario reducir el déficit fiscal, lo que significa recortar gastos, aumentar impuestos o una combinación de ambas.
⚠️ Esta es una medida poco popular porque implica ajustes que suelen afectar directamente a la población, pero es una de las más efectivas a largo plazo.