Se rompió la heladera y tenés que salir a comprar una y no te alcanza ni con la tarjeta de crédito para financiar la que querés, o cosas por el estilo, suelen suceder y no sabés de dónde sacar esa ayuda monetaria tan necesaria.
¿Sabías que un préstamo personal es ese salvavidas que buscás para estos casos?
Aquí te contamos todo sobre préstamos personales para que tomes una decisión inteligente que te saque de apuros, pero que no te ahogue.
Un préstamo es un producto financiero que te ofrece un banco u otra entidad financiera y permite acceder de manera rápida y sencilla a una suma de dinero que necesitás, con la tranquilidad de poder devolverlo en cuotas a lo largo del tiempo.
¿Cómo funciona? Simple: vos recibís el monto que solicitás y, en un plazo pactado, devolvés esa cantidad más un pequeño interés.
Es como un acuerdo que te da el impulso necesario para concretar tus proyectos, sea un viaje soñado, una inversión importante o simplemente cubrir un gasto inesperado.
La devolución se realiza a través de cuotas regulares, que pueden ser mensuales, trimestrales o según lo que más te convenga.
Lo atractivo de un préstamo es su flexibilidad: sabés desde el principio cuánto tiempo tenés para pagarlo y cuánto vas a desembolsar en cada cuota. Una vez que terminás de pagar todo el capital, ¡listo!
La operación se cierra, pero si necesitás más, siempre podés solicitar un nuevo préstamo.
Además, los intereses se calculan sobre el total prestado, y los plazos suelen ser amplios, lo que te da tranquilidad para manejar tus finanzas a largo plazo.
💡 Si no tenés recibo de sueldo y necesitás un préstamo, te invitamos a leer: ¿Puedo pedir un préstamo sin recibo de sueldo?
La diferencia entre préstamo y crédito es fundamental para tomar la mejor decisión financiera.
Un préstamo te ofrece una suma fija de dinero al inicio, que devolvés en cuotas regulares junto con los intereses acordados.
Es ideal para proyectos grandes o inversiones específicas, ya que sabés exactamente cuánto vas a pagar y en cuánto tiempo.
En cambio, un crédito es más flexible. Te da acceso a un monto máximo del que podés disponer cuando lo necesités, pagando intereses solo sobre la cantidad que usás.
Es perfecto para cubrir gastos imprevistos o manejos de flujo de efectivo, ya que te permite utilizar y devolver el dinero según tus necesidades.
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El proceso para obtener un préstamo personal suele ser sencillo y rápido. A grandes rasgos, incluye los siguientes pasos:
➡️ Evaluación de necesidades: Determinás cuánto dinero necesitás y para qué lo querés utilizar.
➡️ Comparación de ofertas: Investigás y comparás las diferentes opciones que ofrecen las entidades financieras.
➡️ Solicitud del préstamo: Presentás la documentación requerida por la entidad elegida.
➡️ Aprobación y desembolso: Si cumplís con los requisitos, la entidad financiera aprobará tu solicitud y te otorgará el dinero en el plazo acordado.
💡 Si estás en el Veraz y pensás en sacar un préstamos, puede interesarte: ¿Puedo pedir un préstamo si estoy en el veraz?
En un préstamo participan principalmente dos partes clave: el prestamista y el prestatario.
1️⃣ El prestamista es la entidad financiera que te proporciona el dinero.
Su rol es fundamental, ya que evalúa tu solicitud, establece las condiciones del préstamo y te acompaña durante todo el proceso.
Podés confiar en su experiencia para recibir el asesoramiento necesario.
2️⃣ El prestatario sos vos, quien solicita y utiliza el préstamo.
Tu papel es devolver el monto acordado junto con los intereses en las cuotas establecidas.
Este compromiso es esencial para mantener una buena relación con el prestamista y abrir la puerta a futuras oportunidades de financiamiento.
Un préstamo se compone de varios elementos esenciales que lo hacen funcionar de manera efectiva:
➡️ Capital: Es la cantidad de dinero que solicitás. Es el monto inicial que recibís y que utilizarás para tus necesidades, desde proyectos personales hasta inversiones importantes.
➡️ Intereses: Representan el costo de usar el dinero prestado. Se calculan sobre el capital y se suman a las cuotas que pagarás, permitiéndote planificar con claridad cuánto vas a devolver
➡️ Plazo: Es el tiempo acordado para devolver el préstamo. Puede variar según tus preferencias y necesidades, permitiéndote elegir un periodo que se adapte mejor a tus finanzas.
➡️ Cuotas: Son los pagos regulares que realizás, que incluyen tanto el capital como los intereses. Estas cuotas te permiten manejar tu presupuesto de manera organizada y predecible.
➡️ Garantías (en algunos casos): Dependiendo del tipo de préstamo, puede que se requiera una garantía. Esto asegura al prestamista que el préstamo será reembolsado.
Cada uno de estos elementos se integra para ofrecerte una solución financiera flexible y accesible, ayudándote a convertir tus sueños en realidad.
Los préstamos personales tienen características particulares que los diferencian de otros tipos de créditos. Entre ellas, destacamos:
➡️ Flexibilidad en el uso del dinero: A diferencia de los créditos específicos, como los hipotecarios o automotrices, con un préstamo personal podés destinar el dinero a lo que necesites, sin necesidad de justificarlo.
➡️ Plazos de devolución: Varían según la entidad financiera y pueden ir desde unos pocos meses hasta varios años.
➡️ Tasas de interés: Pueden ser fijas o variables y suelen ser más altas que las de préstamos destinados a fines específicos.
➡️ Requisitos de solicitud: Generalmente, son menos exigentes que otros tipos de préstamos, aunque esto puede variar entre las diferentes entidades.
💡 Te invitamos a leer este artículo para más información: Ventajas y desventajas de los préstamos online.
No esperes a estar en apuros para conocer este instrumento financiero y recordá que para tomar decisiones inteligentes tenés que contar con la información correspondiente.
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