En el mundo de las finanzas, es fundamental comprender los conceptos que rigen los productos y servicios que utilizamos a diario.
Entre ellos, la Tasa Efectiva Anual (TEA) y la Tasa Nominal Anual (TNA) son dos términos que frecuentemente generan dudas.
Veamos qué son.
La Tasa Nominal Anual (TNA) es, en esencia, el porcentaje de interés que las entidades financieras cobran sobre el dinero que prestan o pagan sobre el dinero que reciben en depósito, antes de considerar cualquier tipo de compuesto o frecuencia de capitalización.
➡️ Supongamos que la TNA de un plazo fijo es del 30%.
Si decidís invertir por un plazo de 30 días, el interés que recibirás por ese período será del 2.5% (30% / 12 meses).
Entonces, si colocás $10.000 en un plazo fijo a un mes con una TNA del 30% anual, al cabo de 30 días recibirás en tu cuenta un total de $10.250 ($10.000 de capital inicial + $250 de intereses ganados).
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Por otro lado, la Tasa Efectiva Anual (TEA) es un indicador más completo que la TNA, ya que refleja el efecto del compuesto de intereses durante un año.
Es decir, la TEA muestra cuánto crecerá tu dinero después de un año, considerando la capitalización de intereses en el período.
➡️ Imaginemos que invertís $15.000 con una TNA (Tasa Nominal Anual) del 20% en dos períodos consecutivos de 30 días cada uno.
Al finalizar el primer período de 30 días, habrás ganado $15.250 (capital inicial de $15.000 + $250 de intereses).
Ahora, si reinvertís ese monto en un segundo período de 30 días a la misma TNA del 20%, tu nuevo capital será de $15.250.
Durante este segundo período, generarás más intereses sobre el nuevo capital.
Así que al finalizar el segundo período de 30 días, ganarás $15.506,25 ($15.250 de capital inicial del segundo período + $256,25 de intereses).
💡 Si querés saber en profundidad que es la TEA, te recomendamos: ¿Qué es el TEA y cómo se calcula?
La TNA (Tasa Nominal Anual) es simplemente la tasa de interés sin considerar la capitalización. Por otro lado, la TEA (Tasa Efectiva Anual) incluye el efecto de la capitalización, lo que la convierte en una medida más precisa del costo real o del rendimiento de una inversión o préstamo a lo largo del tiempo.
La principal diferencia entre TNA y TEA radica en cómo se capitalizan los intereses. La TNA no refleja la capitalización de intereses, mientras que la TEA sí lo hace. Esto significa que la TEA puede ofrecer una visión más precisa del costo o del rendimiento de un producto financiero a lo largo de un año.
La TEA varía según la frecuencia de capitalización de los intereses (diaria, mensual, trimestral, etc.), lo cual puede tener un impacto significativo en el interés que se acumula a lo largo del año. La TNA, en cambio, no se ajusta según esta frecuencia.
Para tomar decisiones informadas sobre productos financieros, la TEA es generalmente más útil que la TNA, ya que proporciona una medida más precisa del costo real o del rendimiento de una inversión o préstamo.
El cálculo de la TEA a partir de la TNA depende de la frecuencia de capitalización de los intereses. La fórmula general para convertir TNA en TEA es la siguiente:
➡️ 𝑇𝐸𝐴 = (1 + 𝑇𝑁𝐴 / n ) ^ n - 1
Donde:
TNA es la Tasa Nominal Anual.
n es el número de periodos de capitalización de intereses al año.
Este cálculo te permitirá entender cómo el interés se compone a lo largo del tiempo, ofreciendo una imagen más clara del rendimiento o costo de un producto financiero.
Ya sea que estés ahorrando, invirtiendo o tomando un préstamo, conocer la TEA te dará una visión más precisa del rendimiento o costo real de los productos financieros.
Esto te permitirá comparar diferentes opciones de manera más efectiva y tomar decisiones informadas.
Además, esta comprensión te ayudará a evitar sorpresas desagradables en el futuro, ya que estarás mejor preparado para interpretar los términos y condiciones de los productos financieros que elijas.
El contenido de esta página tiene únicamente fines informativos y no debe ser considerada como asesoría sobre los productos de Naranja X. Ninguno de los datos que en él se publican debe considerarse como una promoción, una oferta o una recomendación para adquirir productos, para efectuar transacciones o para concluir algún tipo de acto legal.
